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Manual para organizar las finanzas personales

Tipo de propiedad:
enero 24, 2024
COD: 82030

La organización de las finanzas personales es una tarea que requiere tiempo, metodología y paciencia, dado que estamos obligados a seguir unos pasos sistemáticos, si realmente queremos tener una economía doméstica y familiar libre de sobresaltos.

Con el objetivo de presentar una serie completa dentro de la organización de las finanzas personales, vamos a proceder a presentaros un recopilatorio de la metodología que debemos seguir para afinar bien en el control financiero de nuestra economía, de tal manera que, una vez hayamos terminado todo el proceso de análisis y organización, gocemos de una economía doméstica saludable.

En qué punto se encuentran nuestras finanzas personales

Siempre que comenzamos con cualquier tipo de análisis tenemos que determinar claramente cuál es nuestro punto de partida. En este caso, tenemos el punto de partida financiero consiste en elaborar un balance de nuestra situación económica.

Este balance incluirá, al igual que los balances contables, cuáles son nuestros activos, incluyendo en él ahorros, dinero y propiedades y cuáles son nuestros pasivos, considerando como pasivos todas las deudas y pagos que tengamos que realizar.

Una vez tengamos este balance confeccionado, deberemos proyectar en el tiempo esa fotografía, haciendo una serie de proyecciones futuras sobre la evolución de nuestra propia economía.

En estas proyecciones, debemos evaluar los cambios a los que nuestras finanzas se enfrentarán a lo largo de los años, como por ejemplo quedarnos en paro, la rotura y sustitución del vehículo o la necesidad del cambio de vivienda porque vaya a aumentar nuestra familia. Con estas dos fotografías podremos dar paso al siguiente paso.

La fijación de los objetivos personales

Nuestra vida no es monótona y todos tenemos unas metas, a realizar a corto, medio o largo plazo. Para planificar adecuadamente nuestras finanzas personales en el tiempo debemos proceder a fijarnos una serie de objetivos. Dentro de estos objetivos podemos enumerar por ejemplo:

Eliminar todas las deudas de nuestro balance actual.

Ahorrar para cambiar de vivienda.

Mejorar nuestra economía doméstica para darnos unas vacaciones.

Preparar los estudios y educación de nuestros hijos.

Los objetivos a fijar son una cuestión muy personal pero deben ser siempre coherentes, las metas que nos fijemos deben ser realistas y alcanzables y por supuesto, requieren una evaluación del riesgo y del sacrificio que nos va a requerir conseguir ambas cosas.

En muchas ocasiones, fijar unos objetivos llevan aparejados una serie de riesgos inherentes al camino a seguir para conseguirlo, en el vehículo financiero que tomamos en cuenta para conseguir nuestra meta o en el caso de que se trunquen nuestros flujos de ingresos y gastos.

El riesgo financiero es un parámetro que se puede y se debe minimizar pero nunca se puede hacer desaparecer del todo. Este riesgo es un factor aleatorio, difícil de medir pero que nunca se puede despreciar, dado que este factor es uno de los principales a la hora de truncar nuestras expectativas financieras.

El camino para salir de las deudas

En toda planificación financiera, el exceso de deuda personal es un lastre que va a impedir que podamos fijarnos unos objetivos claros y concisos e incluso que se vea limitada nuestra capacidad de decisión financiera.

Salir de nuestras deudas personales debe ser uno de los primeros objetivos a llevar adelante y para este proceso podemos usar alguno de los siguientes métodos:

La estrategia “bola de nieve” consiste en eliminar primero la deuda que nos suponga un cargo mensual más pequeño.

La estrategia “tsunami”, ordena las deudas según la tensión psicológica que nos produzcan de más a menos.

La estrategia de “los tipos de interés más altos primero” ordena las deudas según el tipo de interés y elimina primero las que pagan una mayor tasa de interés.

La estrategia “los intereses más altos primero”, deudas que nos hagan pagar más intereses a lo largo del tiempo.

En cualquier caso, en función de la configuración de nuestras deudas y preferencias de pago, podemos determinar una u otra estrategia como el vehículo más adecuado para llevar a cabo la cancelación si no total de nuestra deuda, de la inmensa mayoría.

¿Qué medios de control existen para nuestras las personales?

El bloque más importante dentro de la organización de las finanzas personales lo tenemos en el abanico de medios que tenemos a nuestra disposición para conseguir nuestros objetivos. Los medios que nos van a ayudar a conseguir nuestros objetivos se pueden agrupar en dos grandes grupos, medios financieros de activo y pasivo y medios de ingresos y gastos. Cada uno de estos medios se califica como:

Medios de inversión, como suma de todos los medios que están destinados a proporcionarnos una rentabilidad en el tiempo, a costa de asumir unos riesgos. Dentro de estos medios tenemos todos los productos financieros o no, que reportan un beneficio futuro.

Medios de financiación, incluyendo dentro de este bloque los productos que nos consiguen la liquidez presente para conseguir un objetivo, a cambio de pagarlos en el futuro. Los préstamos y créditos son los principales instrumentos que tenemos dentro de este bloque.

Medios de ingreso, como todas aquellas fuentes que nos reportan un flujo de dinero sin tener que haber realizado una inversión previamente. En este bloque destaca fundamentalmente nuestro trabajo y todas aquellas actividades que seamos capaces de realizar que nos generen ingresos.

Medios de gasto, son todos aquellos procesos cotidianos que nos obligan a realizar un desembolso de dinero. Nunca debemos pasar por alto que gastar es imprescindible y que para conseguir nuestros objetivos finales, debemos seguir realizando una vida que requiere un flujo continuo de gasto.

Todos estos medios se muestran como herramientas a nuestro alcance y no debemos confundir la estrategia que fijamos para conseguir nuestro objetivo con los medios que usamos.

El control periódico de nuestras finanzas personales

Por ejemplo, imaginemos que yo quiero comprar una casa pero tengo 7 deudas de menor cuantía. Obviamente la estrategia de salir de deudas en primer lugar para, a posteriori, comprar una casa recurriendo a una hipoteca no tiene que parecernos una estrategia equivocada. Es más, sería la planificación financiera más coherente a llevar a cabo.

Dentro de la planificación de las finanzas personales y la economía doméstica, se suelen cometer dos errores contrapuestos una vez que estamos inmersos en el desarrollo de nuestra economía doméstica.

Obsesión por la situación financiera, creando una especie de estrés o psicosis de control que no conduce a ningún sitio.

Dejadez en el seguimiento de nuestra planificación financiera.

Ambos casos son dos extremos y como siempre, en el punto medio se encuentra la virtud. Es decir, nuestra situación financiera requiere un control periódico, una seguimiento continuo en el tiempo de nuestros objetivos y unos mecanismos que puedan corregir las variaciones en la planificación financiera que hayamos previsto inicialmente.

Por ejemplo, imaginemos que una fuente de inversión es un plan de pensiones para destinar ese dinero a mi jubilación. Periódicamente debo controlar que la rentabilidad de ese plan de pensiones evoluciona favorablemente, que la fiscalidad que tiene ese producto no ha cambiado y que no pierde valor patrimonial en el tiempo.

Por último, si nuestra situación financiera es relativamente compleja, debemos recurrir a un método sistemático de control, apoyados por alguna de las múltiples herramientas que existen en el mercado para controlar nuestras finanzas.

Estas herramientas de control pueden ir desde una libreta en papel, una hoja de cálculo o cualquier software que cubra realmente nuestras necesidades de información y control financiero.